La medicina estética en España está experimentando un notable cambio demográfico. Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la mitad de la población ha recibido al menos un tratamiento estético, con una demanda predominante entre mujeres y personas de 35 a 54 años.
Jóvenes y Prevención del Envejecimiento Un dato significativo es el incremento de jóvenes menores de 25 años que recurren a estos servicios, pasando del 14% al 20%. Los tratamientos en este grupo se enfocan en patologías como el acné o la obesidad, mientras que a partir de los 18 años, se observa una tendencia hacia la modificación de rasgos faciales.
Adultos Mayores y la Búsqueda de Juventud Por otro lado, los mayores de 45 años representan el 38% de los pacientes, buscando principalmente la prevención del envejecimiento. Este grupo opta por tratamientos como la luz pulsada intensa o el ácido hialurónico.
Desigualdad Social y Acceso a Tratamientos El informe de SEME también destaca una brecha social, donde el 69% de los pacientes pertenecen a clases altas o medias altas. El coste de los tratamientos y el desconocimiento general sobre la medicina estética contribuyen a esta disparidad.
Intrusismo y Riesgos Asociados El intrusismo es otra preocupación, con tratamientos realizados en lugares no autorizados y por personas no cualificadas, lo que representa un riesgo significativo para la salud.
Regulación y Licencias Sanitarias Para combatir estas prácticas, se requiere la licencia sanitaria U.48, que garantiza que una clínica está autorizada para ejercer la medicina estética. En 2021, España contaba con 6.305 centros con dicha licencia.
Este panorama refleja la creciente popularidad de la medicina estética en España, así como la necesidad de una mayor regulación y educación para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes.