La resistencia a los antibióticos se ha convertido en un problema crucial para la salud mundial. La aparición de bacterias «superresistentes», capaces de evadir el efecto de diferentes antimicrobianos, está poniendo en riesgo los avances médicos alcanzados en las últimas décadas. Si no se detiene el aumento de patógenos que logran resistir los tratamientos actuales, procedimientos comunes, como la extracción de una muela, podrían volverse inseguros.
Este desafío ha sido señalado por especialistas en microbiología y enfermedades infecciosas durante años, pero las perspectivas no son alentadoras. Un reciente estudio publicado en la revista The Lancet revela que, si no se revierte esta tendencia, la resistencia a los antibióticos podría causar más de 39 millones de muertes entre la actualidad y el año 2050.
La investigación, llevada a cabo por el Proyecto de Investigación Global sobre Resistencias Antimicrobianas (GRAM, por sus siglas en inglés), evaluó el impacto de este problema de salud pública entre 1990 y 2021, proyectando su evolución en 204 países para los próximos 25 años.
El estudio determinó que, entre 1990 y 2021, la resistencia a los antibióticos fue responsable de más de un millón de muertes anuales. Durante ese tiempo, la mortalidad infantil por esta causa disminuyó en un 50%, pero las muertes entre personas mayores de 70 años aumentaron un 80%. Y, según las proyecciones, esta tendencia seguirá al alza si no se adoptan medidas para detener el avance de este problema.
«Los antimicrobianos son fundamentales en la medicina moderna, y el aumento de la resistencia a estas terapias es una gran preocupación», afirmó Mohsen Naghavi, investigador principal del estudio y miembro de la Universidad de Washington. Según Naghavi, los resultados destacan que la resistencia a los antibióticos ha sido una amenaza significativa para la salud global durante décadas y continúa creciendo. Entender cómo han evolucionado estas resistencias y cómo lo harán en el futuro es clave para tomar decisiones que puedan salvar vidas.
Por su parte, Christopher J.L. Murray, director del Instituto de Evaluación de Métricas de Salud y responsable del estudio, subrayó que las estimaciones indican que la resistencia a los antimicrobianos ha sido, y sigue siendo, una amenaza urgente para la salud mundial. Según las proyecciones, entre 2025 y 2050, más de 39 millones de personas podrían morir como consecuencia directa de la resistencia bacteriana, lo que pone en evidencia el impacto de esta crisis. Murray destacó la importancia de las proyecciones del GRAM, ya que proporcionan a los responsables políticos una base para tomar decisiones basadas en datos concretos y enfrentar el problema con eficacia.
El estudio incluyó el análisis de 22 patógenos, 84 combinaciones de tratamientos antimicrobianos y 11 síndromes infecciosos en personas de todas las edades en 204 territorios.
Los resultados indicaron un aumento preocupante en la resistencia de patógenos peligrosos, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, cuya letalidad prácticamente se duplicó entre 1990 y 2021, pasando de 57,200 muertes a 130,000 en 2021.
En España, la resistencia a los antimicrobianos es responsable de más de 23,000 muertes anuales, una cifra 20 veces mayor que las víctimas de accidentes de tráfico, según datos de la Sociedad Española de Microbiología y Enfermedades Infecciosas (SEIMC).
Los investigadores utilizaron modelos estadísticos para prever las tendencias futuras, si no se toman medidas para frenar el crecimiento de las ‘superbacterias’. Las proyecciones muestran un aumento del 67.5% en las muertes anuales debidas a este problema para 2050. En 2021, alrededor de 1.14 millones de personas fallecieron debido a la resistencia antimicrobiana, y se estima que esa cifra podría alcanzar los 1.91 millones en 2050 si no se actúa.
En total, el número de muertes por este motivo podría ascender a 39 millones en los próximos 25 años, sin contar los fallecimientos por complicaciones derivadas.
Las proyecciones también muestran que las muertes en niños menores de cinco años disminuirán, mientras que las muertes en mayores de 70 años aumentarán hasta en un 146%, compensando cualquier reducción en otros grupos de edad.
El mayor impacto de este problema se prevé en Asia, con países como India, Pakistán y Bangladesh a la cabeza, aunque se espera un incremento global.
«Es urgente desarrollar nuevas estrategias para reducir el riesgo de infecciones graves, como el uso de vacunas, nuevos medicamentos, la mejora en la atención sanitaria, un acceso más amplio a los antibióticos actuales y un uso más efectivo de estos», concluyó Stein Emil Vollset, del Instituto de Salud Pública de Noruega, participante en el estudio.