La falta de especialistas reduce servicios para el diagnóstico y para la radiología intervencionista y colapsa los centros sanitarios públicos, mientras algunos privados atienden en 24/48 horas.

La Comunidad Valenciana enfrenta una situación crítica de escasez de radiólogos, un problema que se intensifica en otoño, después de las vacaciones. La mayoría de hospitales comarcales, como el de Sagunto y Gandia, ven muy reducida la disponibilidad de estos especialistas, lo obliga a derivar pacientes a los grandes centros públicos de referencia, que también se saturan y dan cita, con esperas de varios meses. La situación afecta de manera directa la atención al paciente, que sufre importantes retrasos y una pérdida en la calidad asistencial, puesto que la demora en las pruebas de diagnóstico por imagen que requieren valoración inmediata supone un retraso en la aplicación del tratamiento o la citación para cirugía y, en muchos casos, el consiguiente empeoramiento del estado de salud o agravamiento de la patología. También se demora la atención para radiología intervencionista.

Otros centros sanitarios privados, sin embargo, atienden sin espera, incluso en el mismo día o en un máximo de 48 horas, como es el caso del hospital Ribera IMSKE, que cuenta con cuenta con una sala de rayos robotizada, un ecógrafo de alta definición y un TAC multicorte, además de las dos resonancias y una densitometría de energía dual. 

La falta de radiólogos en algunos hospitales es alarmante. Esta carencia implica que pruebas como las ecografías en ocasiones no pueden realizarse en el centro y se opta por la tomografía computarizada (TC), un procedimiento más invasivo debido a la radiación ionizante. Dependiendo del tipo de exámenes radiológicos, hay hospitales que cuentan con técnicos en imagen para realizar algunas de las pruebas, pero los informes deben enviarse entonces al Hospital Clínico de Valencia, donde sus radiólogos intentan acelerar el procedimiento, aunque no dan abasto.

La actual redistribución de pacientes y pruebas radiológicas puede llegar a saturar la capacidad de atención del Clínico, cuyos radiólogos tienen que atender a sus pacientes habituales, a los que en diferentes épocas del año se suman los remitidos por los hospitales comarcales, generando inevitablemente retrasos en la emisión de diagnósticos.

La situación de la Radiología en los hospitales de la Comunidad Valenciana refleja la escasez de personal especializado en varios centros, no solo en los anteriormente mencionados. En el hospital de Requena, donde sólo cuatro radiólogos cubren una plantilla de siete plazas, los pacientes que requieren ecografías urgentes son derivados al Hospital General de Valencia o se les realiza una TC. En Xàtiva, de 13 plazas asignadas para radiólogos, actualmente sólo hay cinco en activo, lo que obliga a derivar pruebas al sector privado o a otros hospitales como La Fe. En el hospital de Vinaroz, considerado de difícil cobertura, solo cuatro radiólogos cubren las guardias fuera del horario ordinario, lo que deja al hospital sin especialistas presenciales en muchas ocasiones.

En la provincia de Alicante, hospitales como los de Torrevieja y Orihuela también enfrentan graves carencias de radiólogos. En Torrevieja, las listas de espera en radiología crecen debido a la falta de especialistas en las guardias, por lo que muchos pacientes son derivados a la sanidad privada. Además, el servicio se ha externalizado a una plataforma en Barcelona, y una empresa privada ha instalado una unidad portátil de tomografía en el aparcamiento del hospital de Orihuela para cubrir la demanda en el lugar.

La situación ha llevado a UGT a denunciar la falta de garantías en la cartera de servicios de radiología en los hospitales de la Comunidad. Según un comunicado del sindicato, «es intolerable que un paciente no pueda realizarse una ecografía urgente en su hospital», y exigen a la Conselleria de Sanidad una solución urgente ante una situación que califican de perjudicial para la atención de los pacientes. 

En toda la Comunidad Valenciana, el área de Radiología tiene actualmente 62 plazas sin cubrir en los hospitales públicos, lo que lo convierte en la especialidad con mayor déficit de profesionales. Procedimientos como las resonancias magnéticas, colonoscopias y endoscopias son las que presentan una mayor demanda.

La saturación de la sanidad pública también responde a la antigüedad de los equipos de diagnóstico por imagen en muchos hospitales. Siete de cada diez aparatos de radiología y más de la mitad de los mamógrafos llevan más de una década en funcionamiento y son considerados obsoletos. La falta de tecnología de última generación afecta la calidad asistencial, lo que, junto con la escasez de personal, ha aumentado de manera nota la demora en la Sanidad pública.