Han pasado tres meses desde que la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) azotara la provincia de Valencia, dejando tras de sí un rastro de destrucción. Este desastre no solo afectó infraestructuras y economías locales, sino que también puso en evidencia las brechas en la protección social, especialmente para las personas en situación de vulnerabilidad. En este balance de nuestra intervención, subrayamos la urgencia de fortalecer las políticas públicas que prioricen a quienes más lo necesitan.
30 años trabajando por los derechos humanos en la Comunitat Valenciana
Desde hace tres décadas, nuestra misión ha sido garantizar el acceso a la salud para quienes enfrentan pobreza y exclusión social. Tras el inicio de la emergencia en octubre de 2024, desplegamos un plan de acción en los municipios más afectados de l’Horta Sud: Aldaia, Paiporta, Picanya, Benetússer y Alfafar. En este último, centramos nuestra atención en el barrio de Parc Alcosa, una de las zonas más impactadas por la catástrofe.
Un desastre con consecuencias devastadoras
El paso de la DANA dejó a 75,000 personas afectadas y generó un coste de recuperación estimado en 22,000 millones de euros. Las comunidades vulnerables, como personas migrantes, mujeres en situación de prostitución y personas sin hogar, se llevaron la peor parte. Los daños a infraestructuras críticas y la paralización de actividades económicas agravaron aún más la exclusión social preexistente.
Nuestra respuesta en cifras
Durante estos meses, hemos proporcionado apoyo directo a 592 personas, acumulando 823 consultas en salud mental y apoyo psicosocial. Además, hemos organizado sesiones comunitarias de apoyo emocional en colaboración con colectivos locales, como clubs de mayores, asociaciones vecinales y centros educativos. Niños y jóvenes participaron en talleres dinámicos enfocados en la gestión emocional, mientras que adultos asistieron a encuentros para afrontar el impacto psicológico del desastre.
Principales síntomas detectados:
- Ansiedad: 67 % de los casos.
- Alteración del sueño: 56 %.
- Tristeza y melancolía: 62 %.
Las pérdidas personales y materiales han dejado una huella psicológica profunda en muchas de las personas atendidas, algunas de las cuales han perdido a seres queridos o quedaron atrapadas durante el temporal.
Reconstruyendo comunidades y redes de apoyo
Nuestra labor no se limita a la atención individual. Trabajamos para fortalecer las redes sociales locales mediante sesiones formativas y actividades con asociaciones y ayuntamientos. Este enfoque busca fomentar la resiliencia comunitaria y preparar a las comunidades para responder de manera más efectiva a futuras emergencias.
Sin embargo, el informe revela datos preocupantes: el 34 % de las personas atendidas vive en precariedad económica, y muchas de ellas enfrentan barreras para acceder a ayudas gubernamentales debido a su situación administrativa irregular. Este problema perpetúa su exclusión y dificulta la recuperación.
El impacto en las mujeres y otros grupos vulnerables
El 70 % de las personas atendidas fueron mujeres, principalmente entre los 36 y 65 años. Muchas de ellas buscaron apoyo en centros de salud, que, en colaboración con nuestros equipos, han sido la primera línea de respuesta en esta emergencia. Además, el 46 % de los pacientes reportó haber quedado atrapado durante la DANA, y el 11 % sufrió la pérdida de familiares o amigos, reflejando la magnitud del impacto emocional.
La carga psicológica del desastre
Aunque el equipo de salud mental logró resolver el 82 % de las consultas en atención primaria, un 18 % de los casos requirió derivación a servicios especializados. Estos datos destacan la importancia de reforzar la red pública de salud mental en contextos de emergencia.
Las personas migrantes, las más desprotegidas
Las barreras administrativas y sociales dificultan que las personas migrantes accedan a ayudas, vivienda o empleo. Como denuncia nuestra coordinadora Pino González: “Es inaceptable que, en un contexto de emergencia, estas personas enfrenten trabas para empadronarse o conseguir contratos de alquiler. Es urgente implementar políticas que garanticen los derechos básicos, sin importar el estatus administrativo.”
El papel clave del voluntariado
Nada de esto habría sido posible sin la dedicación de nuestras 20 personas voluntarias, quienes, junto con el equipo técnico, han trabajado en áreas como psicología, trabajo social, logística y administración. Además, nuestra coordinación con ayuntamientos, centros de salud y otras ONG ha sido fundamental para una respuesta integral.
Un futuro comprometido con la reconstrucción
Médicos del Mundo reafirma su compromiso con la recuperación de las comunidades afectadas, poniendo énfasis tanto en la reconstrucción física como en el respeto a la dignidad y los derechos de las personas.
Propuestas para el futuro:
- Medidas de flexibilidad en trámites de extranjería: Facilitar permisos temporales de trabajo y residencia para personas migrantes afectadas por la DANA.
- Reforzar recursos de salud mental: Aumentar la inversión en servicios de apoyo psicosocial, esenciales durante y después de emergencias.
Reflexión final
La DANA no solo ha puesto a prueba la infraestructura de la Comunitat Valenciana, sino también la capacidad de su sociedad para proteger a los más vulnerables. Enfrentar los desafíos futuros requerirá un compromiso colectivo, donde la salud, la igualdad y los derechos humanos sean la prioridad.